miércoles, 9 de noviembre de 2011


Nuestros cuerpos eran fantasmas en el oscuro placar de la noche,
se envolvían en el calor de cada roce,
de cada caricia y de cada toque,
te sumergías en los gritos de mi cuello,
mientras tu lengua se dedicaba a escarbarle suspiros a mi pelo,
hacían lo mismo tus ojos dentro de mis ojos,
lentamente sentía como bajaba tu húmeda saliva por mis senos,
hacían de ellos un simple concierto entre tus gestos y mis espasmos,
que gradualmente se hacían más intensos en mi sexo,
me sentía viva, te sentía vida,
entre mis piernas como enjambres de abejas deseosos por la miel tierna de nueva primavera,
sólo quería sentir ese movimiento húmedo entre mis piernas
y que tu lengua gritará poesía en los rincones más oscuros de tu cuerpo,
deseosa, jadeante, amante y tú que querías hacer más larga mi espera,
recorriendo el centro de mi cuerpo, como si fuera el eje de tu desvarío.
y por fin te perdiste y tus palabras se derramaban en mis piernas y tú que te pierdes en el almíbar del polen eterno de mi flor
y yo que no lograba pensar en nada más que tu espalda descubierta danzante entre mis piernas haciendo arte,
una canción dulce de mis gemidos que recorría nuestra cama 
y nuestras partes 
y yo que avanzaba más lento a ver si por tu boca salían cuentos,
pero no era más que eso, poesía y más poesías en mi cabeza,
mientras tú te quedabas dentro con esa exótica sensación de sentir sin estar adentro,
yo me llevaba los suspiros completos, mordía el aire y mis labios casi se quedaban sin pretextos..
Sube ven y rózame los labios, sube, ven y enrédate en mi pelo, sube, ven que quiero sentir tu cuerpo entero…
Lentamente nuevamente, te esparciste por mis rincones en tu larga travesía de navegante de placer, 
sumergiéndote en el regreso a casa, 
para clavarte en mis ojos y para yo sentirte dentro,
tus manos en mis senos apretándome fuerte,
mis manos en tu espalda arrancándote hasta lo decente,
ya llegábamos en cada movimiento a perdernos, 
nuestros cuerpos, desvariantes 
y nuestras bocas haciendo música para el escape, 
ese escape total que venía lento, pero fuerte 
y de repente todo se volvió irrealidad 
y yo que me sumergía en tu orgasmo carnal 
y que de a poco luego de recorrer un cielo que tocaba el mar
y yo que vuelvo a la realidad.



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